domingo, 14 de diciembre de 2008

Las corrientes marinas del estrecho de Gibraltar pueden generar 250.000 millones de kilowatios/hora anuales

Un adecuado aprovechamiento del potencial energético de las dos corrientes del Estrecho de Gibraltar, la atlántica y la mediterránea, podría generar una energía equivalente a 250.000 millones de kilovatios/hora anuales (unas 2,4 veces el total de la energía, de todos los orígenes, producida en España actualmente), según se desprende de un proyecto elaborado par el ingeniero de Minas Félix Cañada Guerrero. En el proyecto se plantea el aprovechamiento del potencial energético de las corrientes del Estrecho -tras los necesarios estudios de viabilidad- mediante la construcción de grandes diques. Se trata de colocar entre grandes pilares unas turbinas que son movidas por la corriente. La suma de los caudales de estas corrientes, superpuestas e inversas, se estima en unos 2,4 millones de metros cúbicos por segundo, lo que equivale a unas treinta veces el caudal del rio Amazonas.
Lea el articulo completo en el siguiente link: Periódico El Pais.

En este emblemático edificio, podrán visitar en exposición permanente, una modesta colección de arte básicamente de pintura, que yo reuní a lo largo de muchos años, adquiriendo cuando podía, obras y objetos diversos que motivaban mi sensibilidad artística, siempre, siempre, ajeno a fines especulativos.

Nuca busque firmas conocidas, no por menospreciarlas, sino por la sencilla razón de que estaban fuera de mi alcance, pues lo artistas consagrados son siempre caros. Por aquí también las hay vosotros podrán verlo, gracias sobre todo a que la suerte lo permitió a veces.

Deseo que este obsequio a la Villa de Aranda (donde transcurrieron los nueve primeros – y quizá los más felices – años de mi vida, y que la excelente gestión de su Ayuntamiento han permitido alojar y acondicionar dignamente en este lugar tan especial) produzca en cuantos lo visiten, la misma grata impresión que me produce a mí. Aunque en mi persona se multiplica con el recuerdo de los avatares y vicisitudes que ha llevado consigo el adquirir sus piezas, a veces pequeñas aventuras, de las que podría referir muchas anécdotas, algunas de las cuales tienen algo que ver con números rojos en mí, casi siempre, magra cuenta corriente.

Las emociones que la contemplación de una obra de arte produce, variaran en intensidad con cada observador y con la naturaleza artística de lo que las motive: música, literatura, cine, pintura, escultura, representaciones de teatro, danza, ballet… en ella ha quedado plasmada la inspiración que el artista sintió al crearla, y de ella fluirá para siempre su alma de creador mientras la obra exista, para disfrute de cuantos la contemplen, convertida en duradero patrimonio universal.

¿Quién no habrá experimentado estos sentimientos de gratitud al escuchar a Bach, a Chopin, a Beethoven?…, al admirar los colores, formas y composiciones de Velázquez, Zurbarán, Van Dyck, El Greco, Dalí…, las arquitecturas de Gaudí…, las mágicas catedrales góticas de burgos, de Reims, de Colonia…, las actuales, atrevidas y bellas formas de Calatrava…

El arte es capaz de conmover a todos los humanos, hombres y mujeres, con independencia de su raza, nacionalidad y credos religiosos o políticos… es el medio de comunicación mas ecuménico de cuantos existen.

Experimentemos con la música, para mí la más excelsa y universal de todas las artes: consideremos una heterogénea multitud de gentes que hablan idiomas sin raíces etimológicas comunes que les permitan relacionarse verbalmente y sometámosla a una prueba.

Observemos el gesto de cuantos escuchan una composición musical alegre o triste, marcial o serena, mística o festiva…, y veremos en los semblantes de todo el auditorio, reflejadas y compartidas, con matices, las emociones que han provocado sus notas. Esto es algo que he observado multitud de veces y seguro que muchos de vosotros también.

Y algo parecido, podríamos ver en los individuos de esta multitud, al mirar los colores y formas de una obra pictórica, de una escultura, un edificio, un mueble, una joya…

En pocas palabras, el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, y acorde con su calidad y cualidad, es el acicate que mas hace vibrar los sentimientos del hombre y que, por ende, mejor establece su comunicación sin necesidad de palabras, en lo que siempre influirá la singularidad de cada persona y las costumbres, tradiciones y normas de la sociedad en que vive o haya vivido.

El modesto, pero variado conjunto de arte que aquí van a encontrar, prácticamente todo pintura al oleo, es menos de la cuarta parte de lo que podría ser la donación, que contando con obras muy diversas, no pueden ser expuestas, porque no caben.

Es una pena que no dispongamos de mas espacio, cosa que podría remediarse en breve si, como deseamos, además de con el indudable empeño de todo el ayuntamiento de Aranda, contáramos con la buena voluntad de nuestros próximos y linderos vecinos.

Observaran vosotros que bastantes de las obras expuestas necesitan restauración y limpieza, y que faltan en casi todas los nombres del autor, confirmados o atribuidos. Incluso marcos necesitan algunas. Con estudio y tiempo estos defectos se subsanaran.

De todo ello, - a buen seguro como es su compromiso – el Ayuntamiento de Aranda se cuidara en lo sucesivo, y contara con mi colaboración como rezan los convenios establecidos, y con la de expertos que sean necesarios. Será para mí una satisfacción y un honor, seguir contribuyendo a mantener y acrecer, esta pequeña parcela que hoy incorporamos al rico patrimonio de Aranda.


Félix Cañada Guerrero
Aranda del Duero, abril de 2007






domingo, 7 de diciembre de 2008



Soy ingeniero, formado en la antigua Escuela de Ingenieros de Minas de Madrid, a la cual en mi época se le achacaba que, por enseñar demasiadas materias, no dejaba profundizar en ninguna. No obstante, importa tener en cuenta que la necesidad de poseer una solida formación matemática para entrar en ella, y el hecho que, ya dentro, se estudiaran muchas materias técnico científicas, aunque no nos hacia sabios en ninguna, si nos abría las puertas para que por nuestra cuenta pudiéramos indagar en ellas, de acuerdo con nuestras aficiones o curiosidades.
Esto me ha permitido ejercer gratamente mi profesión – estudiando los avatares geológicos de la tierra, y los geoquímicos de la formación de los minerales y sus yacimientos - , y vivir una hermosa vida en permanente contacto con la naturaleza por diferentes partes del mundo. Sin olvidarme por ello de las puertas que en la escuela se me abrieron para poder estudiar otros temas ajenos a la geología y la geoquímica.


Prologo de la obra “Gibraltar, una utopía en el estrecho”